¿Alguna vez te has tomado un calmante? A menos que seas un loco de estos que no cree en las pastillas, todo hijo de vecino se ha tomado alguna vez una aspirina, un ibuprofeno, paracetamol...
Son muchos los nombres de este tipo de calmantes, pero todos comparten algo en común: su modo de acción.
En tu cuerpo hay mecanismos para sentir dolor (lo cual a priori puede parecer un poco absurdo, pero no lo es), mediante ellos, tu cuerpo te avisa de que algo falla, de que hay un daño a subsanar. El dolor es uno de los mecanismos evolutivos más importantes, porque te alejan de todo lo que sea dañino y lo más importante, te avisan para que repares ese daño antes de que sea tarde. Por supuesto, la escala del dolor es un mundo, varía entre personas y no todos los dolores tienen la misma intensidad, pero nosotros hoy vamos a centrarnos en los dolores moderados (una caída, un golpe con la puerta, tropiezos varios durante el día... en resumen: golpes y moraduras.
El caso es que algo nos duele ¿Por qué?¿Qué hace que algo te duela incluso un rato después de darte un golpe? Pues uno de los mecanismos más usuales es la síntesis de prostaglandinas (cuesta aprender a decirlo bien, pero básicamente son unas moléculas cuya función es el dolor).
Estas moléculas, se forman en varios pasos y precisamente las pastillas que te tomas (la gran mayoría) interrumpen el mismo paso en su formación:
Resulta que en la ruta de formación de las prostaglandinas participan ciertas enzimas (que a grosso modo son proteínas que transforman unas moléculas en otras) y estas pueden ser "inactivadas", es decir, que en presencia de sustancias como la aspirina o el ibuprofeno, una enzima en concreto (llamada COX2) cambia su forma y ya no puede cumplir su función, que es la de formar prostaglandinas y avisar al cuerpo mediante el dolor.
Esto visto desde una perspectiva evolutiva es una soberana memez, es decir, estás desactivando un mecanismo que fue creado ESPECIALMENTE para avisarte, y tú vas y le haces la r completamente porque ya estás avisado y pasas.
No deja de ser llamativa la evolución y las necesidades del ser humano respecto al resto de sus "primos".
Referencias:
Lehninger, A., Nelson, D. and Cox, M. (2013). Principios de bioquímica. Barcelona: Omega.
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