Hoy me paso por aquí para hablar de algo muy común en genética: los ratones knockout, que son uno de los mejores ejemplos de cosas muy sencillas con nombres muy complejos que al bicho en cuestión ni le van ni le vienen.
Un ratón (soy el capitán obvio, lo sé) |
¿Qué es un ratón knockout? Es aquel ratón en que hemos conseguido cargarnos las dos copias de un gen concreto (tampoco es cuestión de ir inactivando genes al azar). El caso es que lo complicado de esto (como todo en el laboratorio) es la metodología, porque contarlo es muy sencillo, pero hacerlo es otro cantar.
Primero necesitamos a una ratona embaraza a la que le vamos a quitar células del ser que está gestando antes de que llegue a la etapa de feto (los científicos somos seres sin corazón, lo sé). Con estas células vamos a manipular el material genético y vamos a seleccionar las que hayan conseguido modificarse (no sufras por el pequeño ratoncito, no lo hemos matado, él seguirá con su vida sin coscarse de nada). Estas células se introducen en otra ratona embarazada distinta y esperaremos a que este ratón salga solo (que tengan un número mayor o menor de células inicialmente y hasta la fecha no daña al ratón para nada, da igual que el feto se desarrolle a partir de 8 células que de 12).
Ratón quimera (izquierda) |
Haremos que este ratón se reproduzca hasta que obtengamos una descendencia heterocigota, que es la forma complicada de decir que una copia del gen estará tocada y otra estará bien en los individuos que salgan. Estos individuos a su vez se cruzan entre ellos (no tengo muy clara mi opinión sobre el incesto inducido en ratones para ser sincera) hasta que tengamos un ratón con las dos copias del gen inactivado (KO) y que será por tanto de un color concreto (negro suponiendo que las manchas de la quimera fueran negras) mientras que el silvestre (WT) seguirá siendo blanco.
Ratón knockout y silvestre |
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