El otro día estaba leyendo que el Tíbet fue poblado mucho antes de lo que creíamos ("maravilloso" pensarás, y te importará un carajo, pero no debería).
Los primeros humanos que se subieron al Tíbet (vete tú a saber por qué, porque el sitio es de todo menos acogedor) tuvieron que enfrentarse a una altitud media de más de 4.500 m, donde la cantidad de oxígeno disponible es la mitad que a nivel del mar (chico, qué agobio).
Hasta hace poco se creía que el Tíbet se pobló hace 15.000 años, pero nuevos datos apuntan a una cifra... "ligeramente" superior, 62.000 años.
Hasta hace poco se creía que el Tíbet se pobló hace 15.000 años, pero nuevos datos apuntan a una cifra... "ligeramente" superior, 62.000 años.
Tíbet |
Uno de los mayores problemas de vivir allí (aparte de que hace un frío que pela) es el del oxígeno que comentábamos antes, y de hecho, al hacer escalada o aumentar en altitud, el cuerpo se adapta incrementando la cantidad de hemoglobina en sangre, que es la proteína encargada de transportar el oxígeno por la sangre (el fuste es que si hay poco oxígeno, pero mucha hemoglobina, podremos coger todo ese poco oxígeno y transportarlo de forma más eficiente), el problema es que en el caso de estas alturas, tu sangre sería engrudo y morirías porque por ahí no circularía nada en condiciones. Así que sí, en el Tíbet tenemos un número ligeramente mayor de hemoglobina, pero ni de coña toda la que se necesita para transportar oxígeno de forma normal, así que en esas alturas lo que suele ocurrir es un aumento de la tasa respiratoria para compensar la carencia de oxígeno.
Pero volviendo al tema, ahora que sabemos que los tibetanos ni se mueren de trombos ni se ahogan, ¿Por qué es importante saber este tipo de cosas? Porque saber de dónde venimos siempre ha sido una de las mayores curiosidades del ser humano, y porque por ejemplo, en el caso de los tibetanos, saber cuándo llegaron nos ayuda a comprender cómo funciona su cuerpo a esas alturas, porque resulta que la población actual se hibridó hace entre 9.000 y 15.000 años (las dataciones suelen tener horquillas bastante amplias) haciendo que esta población adquiriera mutaciones que les son beneficiosas en esas alturas.
De hecho, parece que el 94% de la dotación genética del pueblo tibetano proviene de humanos modernos, pero la parte restante proviene de homínidos extintos. Y de ese 94% tenemos un desglose: el 82% apunta a humanos del este de Asia, el 11% a pobladores del centro del continente y el 6% a los del sur.
Referencias:
Qiu J. Tibetanos de la edad de hielo. Investigación y ciencia. Marzo 2017; 486: 5-6.
Fumagalli M, Pagani L. Genes humanos para ambientes extremos. Investigación y ciencia. Junio 2017; 489; 68-75.
Fumagalli M, Pagani L. Genes humanos para ambientes extremos. Investigación y ciencia. Junio 2017; 489; 68-75.
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