¡Hola! hoy vengo acontar algo... desagradable. Ya aviso que la entrada de hoy puede resultar de lo más marciano y extraño que he escrito.
Que los microbios (o microorganismos) nos han colonizado no es nada nuevo, todos somos un supersistema lleno de vida, ¿Entonces por qué pensabas que tu intestino era algo distinto?
¿Qué nos aportan esos microorganismos? Pues básicamente nos ayudan a digerir ciertas partes de alimentos que de normal no podríamos digerir. Por supuesto no todos los microorganismos (o microbios) nos ayudan, los hay también que desarrollan enfermedades, a los que denominamos patógenos.
En nuestro intestino (en uno sano) conviven muchas especies de microbios que nos ayudan a digerir los alimentos, el problema es cuando ese equilibrio se altera, porque si viven muchos organismos muy variados, por estadística habrá alguno patógeno, pero alguno. Si este equilibrio se va al carajo, tenemos que los patógenos tienen un hueco a poder ocupar, y es entonces cuando se desarrollan algunos problemas de tipo gastrointestinales.
C. difficile |
Entonces... ¿Qué es exactamente un trasplante fecal? Pues es una técnica para cambiar la microbiota (la comunidad de microbios) que puebla tu tracto gastrointestinal. Inicialmente este método se usaba para tratar infecciones intestinales por una bacteria llamada Clostridium difficile que causa la colitis pseudomembranosa, una infección del colon, ya que el tratamiento con antibióticos muchas veces no era eficiente y conseguía cargarse al resto de la microbiota normal del intestino del paciente, produciendo problemas añadidos. Sin embargo, recientemente se está comenzando a utilizar en más casos debido a su demostrada utilidad, ya que pese a estar sanos, no todos los seres humanos tenemos la misma microbiota, se altera según enfermedades como la diabetes, el índice de obesidad de la persona, su exposición al estrés...
¿Y cómo se hace un trasplante fecal ? Pues... se coge una muestra de heces de un paciente sano (previamente estudiado para que no tenga ningún microbio patógeno que pueda afectar al receptor) y se hace una solución con esas heces. Esto se le administra al paciente mediante un tubo nasoduodenal (sí, es exactamente tan desagradable como te lo estás imaginando) y aquello va entrando por el tubo durante unos 30 minutos. Pero no todos los protocolos son tan desagradables (son menos horribles, pero tampoco mucho mejores): también puedes tragar cápsulas o someterte a una maravillosa endoscopia. Suena increíblemente horrible, pero el resultado es abrumador: el 94% de los pacientes que se someten al tratamiento se curan, mientras que solo el 28% de los pacientes a los que se les administraron antibióticos (sin trasplante) se curó
Referencias:
- López-Goñi I. Microbiota Los microbios de tu organismo. 2018;
- Vaughn B, Rank K, Khoruts A. Fecal Microbiota Transplantation: Current Status in Treatment of GI Liver Disease. Clinical Gastroenterology and Hepatology. 2018;
- Wang J, Kuo FC, Kuo F, Wang F, Hsu W, Yu F et al. Fecal Microbiota transplantation: Review and update. Journal of the Formosan Medical Association. 2018;
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