Estudiar zoología es algo muy raro, tiene cosas guays pero también muy absurdas como aprender cómo zumban diversos bichos, y en algunos casos es algo... sorprendente.
Porque claro, cuando no tienes pene hay que ponerse creativo a la hora de transmitir tu esperma. Por ejemplo: los nematodos (un grupo de gusanos cilíndricos) se aparean alineando sus conductos reproductores de una forma especial, el macho se enrolla al cuerpo de la hembra (ellos tienen los conductos en la parte final del cuerpo mientras que las hembras suelen tenerlos en el medio), pero claro, se necesita un mecanismo para que no se puedan escurrir o cualquier cosa, y esto lo subsanan mediante otro sistema de acople: los machos tienen unas espinas copulatorias que los ayudan a anclarse a las hembras.
Otro caso curioso de apareamiento son las lombrices. Las lombrices son animales hermafroditas, es decir, no hay machos ni hembras. Por tanto, para favorecer el intercambio genético se aparean entre ellas aunque realmente no les sea necesario. El caso es que las lombrices se aparean con las partes anteriores invertidas, de forma que vacían unas vesículas donde almacenan el semen de forma recíproca, es decir, cada individuo recibe el semen del compañero.
Aunque también te digo que para reproducción extraña la de los pulpos. Los pulpos sí que son animales dioicos, es decir, sí que tienen distinción entre machos y hembras. Pero como para la cópula no tienen genitales externos, han tirado de imaginación, de forma que su reproducción se basa en espermatóforos (que son paquetes de esperma que elaboran los machos). Estos machos tienen un brazo especial, llamado brazo hectocotilo, que es un brazo que acaba en una especie de cuchara, en ella cargan los espermatóforos y se dirigen a una misión complicada: inseminar a la hembra. Esto es algo curioso porque las hembras, que están a sus cosas no suelen colaborar en eso de perpetuar la especie, y menos de la forma en la que se hace la cópula, que es la siguiente: el macho tiene el espermatóforo preparado y su forma de inseminar a la hembra es meter ese brazo en su cavidad paleal, que es una cavidad en la que coinciden los aparatos reproductor y excretor. La visión es muy... curiosa, literalmente le meten la mano allá dentro y claro, como hembra comprendo que no puede ser nada agradable, así que las hembras tienden a largarse incluso con el brazo del macho dentro, lo que a veces provoca que se los arranquen (tranquilos, le vuelve a crecer).
Así que... no sé, piensa en esto la próxima vez que quieras ser zoólogo porque te molan los gorilas de montaña o te parecen adorables los osos pandas.
Porque claro, cuando no tienes pene hay que ponerse creativo a la hora de transmitir tu esperma. Por ejemplo: los nematodos (un grupo de gusanos cilíndricos) se aparean alineando sus conductos reproductores de una forma especial, el macho se enrolla al cuerpo de la hembra (ellos tienen los conductos en la parte final del cuerpo mientras que las hembras suelen tenerlos en el medio), pero claro, se necesita un mecanismo para que no se puedan escurrir o cualquier cosa, y esto lo subsanan mediante otro sistema de acople: los machos tienen unas espinas copulatorias que los ayudan a anclarse a las hembras.
Otro caso curioso de apareamiento son las lombrices. Las lombrices son animales hermafroditas, es decir, no hay machos ni hembras. Por tanto, para favorecer el intercambio genético se aparean entre ellas aunque realmente no les sea necesario. El caso es que las lombrices se aparean con las partes anteriores invertidas, de forma que vacían unas vesículas donde almacenan el semen de forma recíproca, es decir, cada individuo recibe el semen del compañero.
Pulpos apareándose |
Así que... no sé, piensa en esto la próxima vez que quieras ser zoólogo porque te molan los gorilas de montaña o te parecen adorables los osos pandas.
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