Hoy me paso por aquí con otro Women In STEM porque hace mil que no os cuento nada interesante sobre mujeres increíbles ¿Es que se han acabado? Obviamente no, así que hoy voy a contar la vuda de una ingeniera:
Elisa Leonida Zamfirescu |
¿Quién toca hoy? Hoy le toca el turno a Elisa Leonida Zamfirescu nacida en Rumanía hace 131 años (en 1887 por si te dan mal las mates) en una familia numerosa, junto a 10 hermanos y que tenía como pasiones la química, la física y las matemáticas, de forma que quiso seguir los pasos de su abuelo y por ello quiso ser ingeniera de caminos.
En el instituto sus notas eran muy buenas, así que trató de entrar en el Colegio de Puentes y Caminos de Bucarest, donde no fue admitida por ser una mujer, de forma que trató de irse a Berlín, donde no fue mucho mejor acogida, ya que en 1909, Elisa intenta entrar a la Universidad Técnica de Berlín, lugar donde tratan de que renuncie apelando a las tres K: Iglesia, niños y cocina (del alemán Kirche, Kinder y Küche) que era básicamente todo a lo que tenía que aspirar una mujer en aquella época.
En contra del decano, y gracias a su buen dominio del alemán, Elisa logra ser aceptada. Pero aquello no mejoró la cosa, sus compañeros la ignoraban totalmente y más de un profesor no dudó en darle su opinión sobre su presencia en las clases con frases como "La cocina es el lugar de las mujeres, no la Politécnica". Todo esto no le ayudó mucho, pero quien ríe el último, ríe mejor, y Zamfirescu acabó sus estudios siendo galardonada por el mismo decano que inicialmente no la quería allí.
Tras sus estudios Elisa volvió a Rumanía y trabajó en el Instituto Geológico de Rumanía. Pero al estallar la Primera Guerra Mundial, decidió participar como miembro activo de la Cruz Roja donde llevó la dirección de varios hospitales, labor por la cual sería galardonada al acabar la guerra.
Al concluir el conflicto bélico, Elisa salió con galardones y con marido, ya que mientras trabajaba en la Cruz Roja conoció al químico Constantin Zamfirescu y ambos se casan en primera línea durante la guerra.
Al acabar semejante movida como fue la Primera Guerra Mundial, Elisa vuelve al Instituto Geológico donde se hace ama y señora, liderando varios laboratorios de geología y participa en varios estudios de campo, de forma que gracias a sus nuevas metodologías y análisis acabó con 85.000 boletines de análisis firmados sobre aguas potables, diversos minerales y compuestos como el petróleo, el carbón o las rocas de construcción. Pero por supuesto esto no fue lo único a lo que se dedicó nuestra mujer todoterreno, también fue profesora de física y química en la Escuela para Niñas "Pitar Mos" y en la Escuela de Electricistas y Mecánica. Desde luego era una mujer apasionada e innovadora.
Por supuesto, nuestra adicta al trabajo de hoy no se retiró hasta los 75 años (lo que suponen cuatro décadas de trabajo). Pero toda su dedicación no fue en vano, gracias a tener semejante ejemplo de mujer trabajadora y capaz, Elisa Zamfirescu tiene una calle con su nombre, la calle en la que vivía en Bucarest, y también tiene un premio con su nombre, el "Premio Elisa Leonida-Zamfirescu" que se otorga a las mujeres que han contribuido a los campos de la tecnología y la ciencia.
Está claro que en esta vida muchos te van a decir que no puedes hacer lo que quieres, pero si algo demuestran los Women In STEM es que todo en la vida es ponerle empeño y saber amoldarse a las situaciones que se te plantean.
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